Destinos de Culturas Vivas en Perú

Perú país de Culturas Vivas

Muchas de las fiestas, ritos y formas de vida actuales se mantienen desde épocas precolombinas. Desde la vestimenta hasta las expresiones de arte popular, pasando por los sistemas de creencias, formas de trabajo y hasta de cocinar, el Perú desborda de manifestaciones que mantienen vivo el legado de sus culturas milenarias.

En sus fiestas usted no será un espectador, será un participante ...

Un solo viaje no será suficiente para descubrir todas las maravillas que el Perú ofrece. Aquí destacamos solo algunos de esos lugares y experiencias mágicas que es imposible dejar de vivir y conocer en una travesía por el país.

Presencia Milenaria en Perú

La cultura peruana es una y muchas al mismo tiempo. El peruano de hoy es heredero de costumbres y tradiciones de civilizaciones que florecieron por siglos antes de la llegada de los europeos. Y la mezcla que produjo ese contacto se enriqueció aún más con el aporte de africanos y asiáticos, que también echaron raíces en esta tierra. El resultado es una cultura que se conserva viva y que por ese motivo se reinventa día a día.

El Perú es un encuentro entre lo antiguo y lo moderno, un lugar donde conviven el pasado y el presente. Y si le suena complicado, pues alégrese porque no lo es, la complejidad de la cultura peruana basa su encanto y originalidad en lo fácil que es entenderla. Venga y compruébelo.

El sello distintivo del Perú es su cultura viva y usted no se lo puede perder. Ya sea participando en rituales antiquísimos como el pago a la tierra, dando una mano en las faenas agrícolas, formando parte de las comparsas en las fiestas, cabalgando sobre un caballo de paso o aprendiendo a bailar algún ritmo afro peruano o andino, déjese llevar, porque se va a sentir mejor que en casa. Por eso, el turismo vivencial resulta la mejor opción para gozar de la hospitalidad y el cariño de la gente de un país donde habita la amistad y el calor humano.

En el Titicaca, el lago navegable más alto del mundo, un pueblo entero flota en el agua. Cientos de años atrás los Uros crearon islas flotantes - hechas de totora - apilando una caña tras otra, hasta crear una plataforma estable. Ellos vivían en estas islas mientras navegaban por el lago para pescar o cazar para alimentarse. Aún hoy se pueden ver a los Uros, viviendo como si hubieran flotado a través del tiempo.

Conscientes del valor de las culturas vivas y su significado para los viajeros de todos los rincones del mundo, una serie de comunidades nativas de Puno se han abierto al turismo basado en la experiencia, tanto en las islas como en tierra, destacando los emprendimientos de la Isla Taquile (Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad), Amantaní, Uros, Anapia y Llachón. El visitante de Amantani o Taquile podrán visitar las Islas de los Uros en ruta. La Fiesta de la Virgen de la Candelaria celebrada en Puno es considerada como uno de los más importantes del Perú y una de los tres más importantes de América del Sur, junto con el Carnaval de Río de Janeiro y el Carnaval de Oruro, fue declarada como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por UNESCO en 2014.

En pueblos cercanos a la ciudad de Cusco y en el Valle Sagrado de los Incas, podrá alojarse en la casa de un nativo, o visitarlos, para compartir con ellos su vida diaria, su arte textil o la creación de bellas piezas de cerámica.

En comunidades de la costa, andinos o en lo profundo de la Amazonía, aún hoy existen peruanos que viven de la misma manera como lo hicieron sus ancestros hace miles de años; la preservación de sus danzas, artesanías, textiles y costumbres mantienen vivo sus espíritus. Prepárese a rendirse a su magia. La celebración de casi 3000 fiestas populares al año no es más que una pequeña señal del gran tesoro de tradiciones multiculturales que encontrará en el Perú.

Gastronomía del Perú

Sabores, olores, colores, texturas. Como todo arte, la culinaria peruana existe porque es un placer para los sentidos. Es el rasgo más distintivo de su cultura, pues representa de manera palpable la mezcla que caracteriza su originalidad. Con influencias andinas, españolas, africanas, chinas, italianas y japonesas, los cientos de platos de la carta nacional son transformados por manos creativas en manjares, en pueblos y ciudades de todo el país. Y una buena comida se disfruta mejor si se brinda con pisco, el licor de bandera del Perú. La mesa está servida, acompáñenos.

Turismo Rural y Vivencial en el Perú

Nuevas tendencias comienzan a surgir en el mundo de hoy, en el que aparece un nuevo tipo de viajero que busca una experiencia distinta, menos masiva y con un mejor contacto con las sociedades rurales. A las comunidades que empiezan a tomar algunas iniciativas para incorporarse a los circuitos turísticos más consolidados del Perú, se les presenta una magnífica alternativa económica de desarrollo, y el turismo rural comunitario podría convertirse en uno de los medios más eficientes para mejorar la calidad y el bienestar de vida de los pueblos más excluidos del Perú.

Fiestas y Festivales del Perú

Herederos de culturas nativas y europeas, Perú mantiene vigente una diversidad de fiestas y tradiciones que conforman el patrimonio cultural. Un sinfín de eventos y festivales a través de todo el año prestan color y sabor a nuestro día a día, con celebraciones que, entre vibrantes bailes y actos de profunda devoción religiosa, llenan la vida peruana de pasión y felicidad.

Pueblo de festejantes y peregrinos. La espiritualidad de los peruanos surgió del sincretismo forjado por las creencias andinas y las traídas por los españoles. Hasta hoy, las divinidades prehispánicas siguen siendo veneradas en la figura de cristos, vírgenes y santos católicos. La mayoría de las 3,000 fiestas que se celebran al año en el Perú tiene carácter religioso y cada pueblo del país encuentra regocijo y motivos para agradecer o pedir bendiciones a su santo patrono. Las festividades también son ocasión para recibir la visita de quienes marcharon del terruño o darle la bienvenida a nuevos peregrinos, razón que multiplica la algarabía. Que así sea.

Todo el año es una ocasión ideal para venir al Perú, pues su calendario cultural ofrece actividades tanto tradicionales como modernas. Otro sello distintivo de la extraordinaria ventaja de nuestro país como destino turístico. Lima, la capital, se ha convertido en el centro del movimiento cultural nacional. La ciudad cuenta con museos que presentan exposiciones temporales y permanentes del arte antiguo y de los trabajos de artistas contemporáneos, los teatros presentan temporadas de obras de autores extranjeros y nacionales, así como los grupos que combinan varias artes escénicas en un solo espectáculo. Destacan también eventos como el Concurso Nacional del Caballo Peruano de Paso (abril), la Feria del Libro (julio), el Festival de Lima (agosto), que ofrece lo mejor del cine latinoamericano, la fiesta de Santa Rosa de Lima (agosto) y la procesión del Señor de los Milagros (octubre), la máxima expresión de religiosidad del pueblo peruano.

Fiesta de la Virgen de la Candelaria

Declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por UNESCO en noviembre 2014.

Celebrada el mes de febrero de cada año en la ciudad de Puno, la festividad de la Virgen de la Candelaria comprende actos de carácter religioso, festivo y cultural que tienen sus raíces en tradiciones católicas y elementos simbólicos de la cosmovisión andina. Durante 18 días la ciudad altiplánica de Puno, a orillas del Lago Titicaca, se convierte en la capital folclórica de América, en ella se concentran más de 200 bandas de músicos y danzantes con coloridos trajes, el pueblo y sus fieles, para dar homenaje y celebrar a la Virgen de la Candelaria, conocida localmente como Mamacha Candelaria. Esta fiesta es considerada como uno de los más importantes del Perú y una de los tres más importantes de América del Sur, junto con el Carnaval de Río de Janeiro y el Carnaval de Oruro. (más información)

La Marinera

Una de las danzas más elegantes del Perú es la marinera. Se trata de un galanteo que se baila en pareja, batiendo al aire un pañuelo con la mano derecha, movimiento que sirve para llevar el compás de la compleja coreografía. Son pasos característicos de la marinera el «coqueteo» (juego de requiebres entre ambos bailarines) y el hábil «cepillado» con los pies. La pícara marinera liberteña se baila con sombrero alón y poncho para el varón y vestido de mochera para la dama.

El concurso nacional de Marinera se celabra en la ciudad de Trujillo en enero, durante los días del festival se realizan, además, desfiles de carros alegóricos y un ambiente de fiesta embarga a la ciudad. Los trujillanos «toman» la Plaza de Armas, donde bailan y festejan. Este concurso congrega a miles de parejas de baile, desde la categoría infantil hasta expertos, que llegan de todo el Perú, y toma la atención y seguimiento en todo el país. Se realiza normalmente en el Coliseo Gran Chimú, y tiene una duración de 3 días, desde la fase clasificatoria hasta la gran final. Organizado por el Club Libertad de Trujillo.

La Danza de la Tijeras - Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad (2010)

La danza de las tijeras se ha venido interpretado tradicionalmente por los habitantes de los pueblos y las comunidades quechuas del sur de cordillera andina central del Perú y, desde hace algún tiempo, por poblaciones de las zonas urbanas del país. Esta danza ritual, que reviste la forma de una competición, se baila durante la estación seca del año y su ejecución coincide con fases importantes del calendario agrícola. La danza de las tijeras debe su nombre a las dos hojas de metal pulimentado, parecidas a las de las tijeras, que los bailarines blanden en su diestra. La danza se ejecuta en cuadrillas y cada una de ellas –formada por un bailarín, un arpista y un violinista– representa a una comunidad o un pueblo determinado. Para interpretar la danza, se ponen frente a frente dos cuadrillas por lo menos y los bailarines, al ritmo de las melodías interpretadas por los músicos que les acompañan, tienen que entrechocar las hojas de metal y librar un duelo coreográfico de pasos de danza, acrobacias y movimientos cada vez más difíciles. Ese duelo entre los bailarines, llamado atipanakuy en quechua, puede durar hasta diez horas, y los criterios para determinar quién es el vencedor son: la capacidad física de los ejecutantes, la calidad de los instrumentos y la competencia de los músicos que acompañan la danza. Los bailarines, que llevan atuendos bordados con franjas doradas, lentejuelas y espejitos, tienen prohibido penetrar en el recinto de las iglesias con esta indumentaria porque sus capacidades, según la tradición, son fruto de un pacto con el diablo. Esto no ha impedido que la danza de las tijeras se haya convertido en un componente apreciado de las festividades católicas. Los conocimientos físicos y espirituales implícitos en la danza se transmiten oralmente de maestros a alumnos, y cada cuadrilla de bailarines y músicos constituye un motivo de orgullo para los pueblos de los que es originaria.

La Huaconada, danza ritual de Mito - Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad (2010)

La huaconada es una danza ritual que se representa en el pueblo de Mito, perteneciente a la provincia de Concepción, situada en la cordillera andina central del Perú. Los tres primeros días del mes de enero de cada año, grupos de hombres enmascarados, denominados huacones, ejecutan en el centro del pueblo una serie de danzas coreografiadas. Los huacones representan el antiguo consejo de ancianos y se convierten en la máxima autoridad del pueblo mientras dura la huaconada. Ponen de relieve esta función tanto sus látigos, llamados “tronadores”, como sus máscaras de narices prominentes que evocan el pico del cóndor, criatura que representa el espíritu de las montañas sagradas. En la danza intervienen dos clases de huacones: los ancianos, vestidos con atuendos tradicionales y portadores de máscaras finamente esculpidas que infunden respeto y miedo; y los más jóvenes, engalanados con indumentarias de colores y portadores de máscaras que expresan terror, tristeza o burla. Durante la huaconada, estos últimos ejecutan una serie de pasos de danza estrictamente limitados en torno a los ancianos que, debido a su edad, gozan de una mayor libertad para improvisar movimientos. Una orquesta toca diversos ritmos al compás de la “tinya”, un tamboril indígena. La huaconada, que es una síntesis de diversos elementos andinos y españoles, integra también nuevos elementos modernos. Sólo pueden ser huacones los hombres de buena conducta y gran integridad moral. La danza se transmite tradicionalmente de padres a hijos y los vestidos y las máscaras se heredan.

Danza del Wititi Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad (2015)

La tradicional Danza del Wititi es una de las manifestaciones culturales más complejas y difundidas del Valle del Colca, en Caylloma, Arequipa. Se baila en grupos de parejas durante las principales festividades religiosas de la estación lluviosa, por lo que cuenta con significados sociales y rituales vinculados al ciclo agrícola y al cortejo amoroso entre los jóvenes.

El personaje principal de la danza y a quien debe su nombre, es el wititi, varón cuya vestimenta se compone de dos faldas femeninas superpuestas, una camisa, una honda y una montera. Se dice que usa prendas femeninas como una estrategia que permitía a los varones acercarse y cortejar a las jóvenes sin ser percibidos, otra versión narra que el uso de la falda fue una táctica de defensa ante el ataque de enemigos foráneos, por lo que la Danza del Wititi es también una representación de la fuerza y del carácter aguerrido de la población local.

La Danza del Wititi se practica y se transmite como parte esencial de la cultura del Valle del Colca, espacio donde conviven dos etnias originarias: los Cabana y los Collagua, siendo esta expresión cultural un espacio de encuentro y diálogo entre estos dos pueblos. Esta danza es también importante para la continuidad de otras manifestaciones culturales propias de la región como los coloridos diseños bordados de los trajes y sombreros que usan los danzarines.

La Danza del Wititi expresa la alegría, el orgullo y la memoria de las comunidades del Valle del Colca, consolidando sus vínculos sociales y expresando su identidad cultural.

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